No, no, ya no creo en lo mejor;
ni en lo mejor de mí
ni en lo mejor de vos. No, ya no creo.
Las esquinas ya no crean azares benéficos
para mí, ni bailes desestatizados:
siempre la chispa me pega.
Me pega y obliga a que le pague.
Por eso no creo.
¿Todavía estás ahí?...
Pucha… Creer era todo lo que tenía... Y, bueh...
(Me pica el dedo gordo).
ni en lo mejor de mí
ni en lo mejor de vos. No, ya no creo.
Las esquinas ya no crean azares benéficos
para mí, ni bailes desestatizados:
siempre la chispa me pega.
Me pega y obliga a que le pague.
Por eso no creo.
¿Todavía estás ahí?...
Pucha… Creer era todo lo que tenía... Y, bueh...
(Me pica el dedo gordo).