lunes, 25 de enero de 2010

Descartable... (como todo). (¡Fah, qué postmodernononono!)



No, no, ya no creo en lo mejor;
ni en lo mejor de mí
ni en lo mejor de vos. No, ya no creo.
Las esquinas ya no crean azares benéficos
para mí, ni bailes desestatizados:
siempre la chispa me pega.
Me pega y obliga a que le pague.
Por eso no creo.


¿Todavía estás ahí?...



Pucha… Creer era todo lo que tenía... Y, bueh...
(Me pica el dedo gordo).