La pelusa de tu ombligo
enciende y adhiere al precepto
de fumigar el “yo” de la poesía:
consabido es que suele aparejar
en su despliegue lingual
suma sarta de interioridades
pegajosas como mostaza de recibida seca.
Cuando el dictador de las eses dice
"FUSILAMIENTO A LOS QUE YOYEEN,
DE LA CASA AL TRABAJO
Y DEL TRABAJO A LA CASA"
Minutos después, escribe (ooohh...):
Te vi y eras más bonita que la luna
en una noche de primavera muda
y rozada por los suaves cascabeles
de las azucenas que ahora tienes
de aquélla, nuestra pradera.
Te amo como a la salsa de la polenta.
Y agrega sobresaltado de una patada en el culo:
"¿PERO VOS SABÉS QUIÉN SE LLEVÓ A MI GATA?
¿O ME LA EMPERNÓ EL SIAMÉS
Y AHORA SE LA LLEVÓ A LA POLLAJERÍA
PARA SUBIRLE EL VOLUMEN, EL SINVERGÜENZA?"
¡Viva la vida, viva el amor!
miércoles, 18 de febrero de 2009
Te amo, bichi...
La bestia
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2 comentarios:
quiero reliverán
Mejor Dramamine. A mí, esta, me gustó.
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