Si tu respuesta es la más original, te podés ganar desde una remera de Messi haciendo el gol con el pecho hasta una cena con la Tetamanti en la rotisería "Los canelone de antaño".
Empiezo con mi propuesta:
1) Mediocremente mediocre.
¡Escucho ofertas!
NAVIDAD CON MI HERMANITA DE CINCO AÑOS
Hermanita: -...¿Y el turrón de dónde sale?
La bestia: -El turrón es hecho por justicieros. Verás, durante el año, una organización secreta sin fines de lucro, se infiltra en los más diversos círculos (nunca se sabe quién te puede estar espiando) con el único propósito de llevar un registro de todos los turros del país. A fin de año, se selecciona a los que más se destacan, se los abduce, se los descuartiza y, a través de un proceso industrial, se los utiliza como materia prima para confeccionar la golosina navideña. También le pueden agregar maníes. O frutas abrillantadas.
Hermanita: -... ¿Y los higos esos?
La bestia: -Esos vienen de un árbol que se llama "higuera".
Hermanita: -¿Y las nueces?
La bestia: -¿Viste Pinocho?
Mi hermanita asiente con su cabecita.
La bestia: -Bueno, vos te acordarás del de la película o del de los dibujitos, pero ahora hacen unos muñecos no tan grandes. Es por la inflación, ¿viste? Para no aumentar los precios, hacen las cosas más pequeñas... incluidas ciertas partes corporales a las que cuando son así, de poco tamaño, se las suele denominar socarronamente usando una palabra que dijimos antes... Pero no es mi caso, eh... no, no, no... ¡¿qué mirás, nena?!... ¡no ES MI CASOOooo!...
Hermanita: -¿Por qué llorás? ¿A vos tampoco te gusta lo que te trajo Papá Noel?
La bestia: -... No importa... te sigo contando. A esos Pinochos les extirpan los cerebros, los cuales son inmediatamente procesados para ablandar la madera. Después, les sacan los priones que causan la enfermedad de la vaca loca, los empaquetan (ésas son las nueces), les suben los precios, viene Moreno y los amenaza con romperles las espaldas y las cabezas, los bajan un poco, los distribuyen, los compramos, los abrimos, nos los llevamos a la boca y los vomitamos, tal como lo estás haciendo vos ahora.
Mamá: -¡¿Pero qué hacés, bestia?! Andá a ayudar a cortar el pionono. ¡¡Estás castigado!!
Y, mientras se va, justo antes de perderse en la reflexión de temporada acerca de cómo el brindis es como jugar a los autitos chocadores, la bestia ve cómo su madre saca una pequeña libretita y anota algo en ella.